El comprender
finalmente una expresión de alguien, sus sensaciones, es proceso de realización
increíble. Comprensión. Hermosa palabra. Poderosa cuando se entiende, se
experimenta, sin cuestionamiento alguno, sin juzgar, simplemente se deja. Se
experimenta una verdad profunda.
Vietnam no te dá un
respiro. No te deja dormirte. No te espera. Debes moverte si quieres
entenderlo. Pero es tierra de contradicciones. Hasta en ello es sumamente
humana. Entiendo y observo a Vietnam no como una entidad abstracta, sino como
un organismo vivo y que se expande, que en conjunto tiene una personalidad
única e intensa.
Y deseas salir a
verlo. Deseas compartirlo y experimentarlo.
Tres cuarto de su
población tiene menos 35 años. Muy jóvenes para recordar la guerra, pero sí vivieron
la postguerra. Las persecuciones. La dura etapa del comunismo extremo. Muchos
refugiados en algún momento de sus vidas. Quizás 5 años en Hong Kong, o algunos
años en Tailandia. Muchos con conexiones se asentaron en EEUU, Australia, etc.
Y muchos de ellos ahora han vuelto. Y el fenómeno de Vietnam se hace más y más
interesante. El presente de mujeres y chicas mayores de 25/26 o de mi edad es tan diferente en tantos
aspectos al mío. Pero estas
diferencias se acentúan aún más hacia el countryside.
Quizás estos jóvenes hoy no hacen cola para obtener un cupón de arroz, pero la brecha a la que se enfrentan me generan los siguientes interrogantes: ¿Cuánta libertad puede el Partido Comunista de dar a la generación de la posguerra, sin agitar las demandas de cambio político? ¿Cómo se puede crear anualmente un millón de puestos de trabajo necesarios sólo para dar cabida a los graduados de cada año escolar?
Con dos amigos, hace
algunas semanas nos aventuramos a ver algo más de Vietnam. Mas allá de Hanoi. Y
con nuestras inadecuadas motos.
Rompí la cadena de
mi moto, no es que lo haya hecho a propósito. Pasó en la ruta, cuando me había
quedado algo detrás de los chicos. Interesante momento. Sobretodo cuando no
hablas una palabra de vietnamita (el ordenar comida y preguntar la edad no
cuenta…). Pero esa experiencia me enamoró una vez más de este país y su gente.
Aunque muchos días la relación sea un binomio de amor-odio, el viaje removió
gran parte la animosidad que hacia
Vietnam y su gente habían brotado en mí las semanas anteriores. Que por
supuesto todo era un proceso interno, y poco tenía que ver con Vietnam.
Pero también me
enamoro aún más de la experiencia de aventurarse y descubrir (se). Descubrir
desde adentro y hacia afuera. Desafiarse diciendo: “Claro que lo puedo hacer”.
Esto me ha enseñado Hanoi. Su gente y su nueva gente, aquellos que como yo
todavía nos quedamos. A entender cuan posible es que suceda.
Finalmente quienes
se convocaron alrededor de mi moto, me ayudaron a llevarla a un taller (ello
implicó atarla a otra moto y tirarla…). Una hora luego, estábamos los tres
nuevamente on the road.
Inspirational and
more. Honrar la vida. Y divertirse. Divertirse mucho. Querer. Aprender
queriendo.
La compañía de viaje
fue preciosa. Agradezco el haber compartido esto con ellos.
Uno de ellos solo en
cree en cosas que puede ver. Pero su mirada no es común.El otro no se anima todavía a creer. De una sensibilidad extrema, anhelo el día en que pueda verse de la forma en que yo lo veo.
Entendí que en este
viaje estaba visitando y mirando un lugar a través de los ojos de otra persona.
De alguien que ya había estado allí. Y que me desafió a darle otra chance (a
Vietnam…) Todavía no sabe cuánto me ayudó. No creo que pueda decírselo.
Sonrío en este
momento (y lo hacía mientras manejaba) al recordar cuando me decía todas las
mariposas que había accidentalmente matado, y yo lo miraba horrorizada. ¿Quién
puede ser tan cruel como para matar una mariposa? Es que a lo largo de este
camino, miles de ellas rebotaron en mi cuerpo, mi casco, mi moto. Surfeabas
dentro de nubes de mariposas.
Esta imagen tonta
vuelve cada día a mi mente, y por ello comparto esta historia aquí. A modo de
clausura también. Esa simple imagen representa una felicidad profunda y real.
Y allí entendí lo
que significa mirar a través de alguien más. De cuan intenso puede ser ese
compartir.Es todo más loco cuando lo miras desde la soledad. Pero una soledad en apertura.
Ello implica
entender profundamente que a veces alguien se cruza en nuestras vidas, y todo
toma sentido. O todo deja de tener sentido en realidad. Y salimos a buscarnos.
O a preguntarnos. Y no tiene que ver con esa persona en particular, o esa
relación, sino que en ese preciso momento, en ese encuentro había un espejo de
por medio. Generó inquietudes. Necesidades.
Yo creo que él
también busca algo. Y querría decirle, si lo encuentras, puedes reservarme un
lugar a tu lado? Pero he aquí lo contradictorio de la situación. No buscamos ni
queremos lo mismo, pero a pesar de ello, la abstracción ha sido pura.
Porque la pureza e
intensidad del momento en que daba muerte a cientos de mariposas, me
proporcionó cierta realización. Bizarro. Por ello, hoy, aquí en Hanoi, en Vietnam, creo
que estoy en el lugar ideal y viviendo el momento que me impulsará hacia un
nuevo despegue. Porque aquí todo es hacia adelante.
Links para ver las fotos: http://www.facebook.com/media/set/?set=a.3373694614530.2143070.1034220762&type=3&l=232e0aff4f
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